viernes, 20 de marzo de 2015

La Semana Santa de Jaén


Las primeras cofradías surgen en plena Edad Media, tras la conquista de la ciudad por Fernando III el Santo en 1246. Estas eran muy distintas a las cofradías actuales, tenían fines piadoso-militares y se organizaban para defender la ciudad, ejemplo son las de «San Luis», «San Blas», «Santiago», «San Onofre» o «Santo Tomás». No fue hasta el siglo XVI, cuando la Iglesia, a través del Concilio de Trento, decidió combatir el protestantismo impulsando la creación de tallas y sus salidas procesionales por las calles. Así, las hermandades de pasión o penitencia se consolidaron como asociaciones que veneran la Pasión de Cristo y le rendían culto con una salida procesional. El principal objetivo de las corporaciones era el de socorrer a sus hermanos más necesitados, llevándoles los sacramentos, y asistirlos a la hora de la muerte, realizándose enterramientos en criptas propiedad de las hermandades. En sus comienzos, las cofradías realizaban estación de penitencia a iglesias o conventos cercanos a su templo, siempre en el interior del recinto amurallado.
Las cofradías nacieron en los conventos de las órdenes religiosas que las impulsaban. Así, el 16 de mayo de 1541, se formó la Devota Hermandad de la Santa Vera-Cruz en el Real Convento de San Francisco de Asís, resultado de la propagación que los franciscanos observantes hacían de la «Archicofradía de la Vera-Cruz y del Santo Cristo del Cofalón» fundada por San Buenaventura en Roma en 1264, y que originó algunas de las cofradías más antiguas de Andalucía y España, como las de Sevilla o Baeza. Además, estas cofradías fueron el germen de las que que se fundaron por todo el mundo, observándose similitudes entre ellas.Por su parte, los dominicos fundaron en el Real Convento de Santa Catalina la «Antigua y Primitiva Cofradía de las Angustias y Cinco Llagas de Nuestro Señor Jesucristo» en 1551,siendo está la primera en tener estatutos aprobados por el obispo diocesano. Cinco años más tarde, en 1556, se fundó la «Cofradía y Hermandad de la Transfixión y Soledad de la Madre de Dios» en el monasterio de la Virgen Coronada de los carmelitas calzados, a extramuros de la ciudad como era costumbre en las cofradías de la «Soledad», que en 1579, tras un conflicto con la comunidad religiosa, se trasladó al monasterio de la Trinidad y en 1622 al de San Francisco. Los carmelitas respondieron a la salida de la Soledad de su monasterio con la fundación de la Cofradía del Santo Sepulcro y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo en 1580, cofradía que encargó sus imágenes a Sebastián de Solís.Está nueva cofradía tuvo un importante pleito con la de la Soledad que es el origen de la existencia en la ciudad de dos cofradías de «Santo Entierro», cuya oficialidad se alternan anualmente. A finales del siglo XVI, los carmelitas descalzos fundaron en su convento de San José, la Cofradía de Santa Elena.La última cofradía de penitencia que se fundó en la ciudad durante esta época fue la «Cofradía de los Esclavos del Santísimo Sacramento y Cena del Señor», en 1616 en el convento de la Santísima Trinidad, de la Orden Trinitaria, primero fundado en la ciudad tras la conquista castellana. 

1 comentario:

Unknown dijo...

Que bien te documentas, sigue así.